27 Jun 10 Reflexiones metodológicas de Ajedrez Escolar
¿Qué lleva a un chaval a jugar al ajedrez? Pero, sobre todo, ¿qué le lleva a quedarse y continuar?; y más adelante ¿por qué decide dedicarse más en serio?
Sin duda el trabajo del monitor influye positivamente en esas decisiones. Lograr que el alumno se lo pase bien ayudará mucho. Pero lo esencial es que aportemos al chaval ese algo que busca y que no será igual para todos los chicos.
No creo que haya un método mágico, pero algunas cosas se pueden hacer para favorecer la continuidad del alumno:
- La capacidad del monitor por transmitir entusiasmo por el ajedrez.
- Que el alumno se sienta aceptado y que se reconozcan su capacidad y sus esfuerzos.
- El compromiso del monitor con sus alumnos: para que aprendan y mejoren, y para que se sientan apoyados cuando compiten con otros grupos. (NOSOTROS / VOSOTROS Y YO).
- El estilo positivo del profesor, que destaca lo bueno del grupo y de cada chaval, señalando las virtudes y los progresos.
- Por tradición, los profesores suelen ser personas expertas en “descubrir defectos”. Lo hacen con buena voluntad: para que el alumno corrija sus errores y mejore. Pero así es fácil que se destruya la confianza del alumno, que acabe sintiéndose incapaz o poco valioso. Desanimarse es el camino más directo hacia el abandono. Es necesario cambiar este estilo de comunicación y destacar los aciertos.
- El niño necesita ayuda para descubrir sus aptitudes. Que alguien adulto le aprecie y le diga que vale, va a hacer que su confianza y su autoestima crezcan.
- Es una realidad el valor predictivo que tienen las expectativas del profesor: Si son buenas, suele haber un esfuerzo por no defraudar y seguir recibiendo reconocimiento. Si son negativas, comienza a dudar de sus capacidades y se predispone al error, al fracaso y al abandono.
- Ser muy cuidadoso con las críticas, y evitarlas cuando sea posible. Si son necesarias, hacerlas en privado.
- Lograr un buen ambiente: hacer que se sientan útiles, que cooperen, repartir premios, mostrarse amistoso, interesarse por lo que hacen, que haya buen humor, crear vínculos, agradecer su ayuda, etc.
- Realizar torneos en los que invitemos al resto del colegio, viajes a jugar un campeonato, una fiesta (fin de trimestre), crónicas donde se refleje los progresos del grupo (tener un corcho‐tablón de anuncios, participar en el periódico del colegio), entregas de trofeos… va a proporcionar un aliciente extra que refuerce la pertenencia a la actividad.
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