Las primeras sesiones

Las primeras sesiones

Las primeras sesiones son muy importantes y deben estar bien preparadas. Es durante estas cuando los chavales deciden si les gusta o no lo que les ofrecemos. Las primeras impresiones son muy persistentes y crean un posicionamiento afectivo difícil de modificar. Es por ello que tendremos que prestar especial atención a dos aspectos fundamentales

01. La planificación de la sesión

Tened preparado más material del que vayáis a usar, pero no hay que intentar verlo todo (hasta donde se pueda, sin cansar).

Recordad que los chavales necesitan jugar y que hay que planificar un rato para que jueguen.

No hay que perder de vista que el chaval lo tiene que pasar bien.

02. Crear buen ambiente

Sonreíd: Quita tensión y trasmite un mensaje de “estoy a gusto con vosotros”. Los chinos tienen un dicho que dice más o menos así: “El hombre cuya cara no sonríe no debe abrir una tienda”. Y un monitor de ajedrez vende ajedrez. Su clase es su tienda.

Aprendeos pronto los nombres de los chavales: Es una muestra de interés hacia cualquier persona y hace que el alumno se sienta importante.

Identificad a los líderes y ¡GÁNAROSLOS! Si el líder del grupo le sigue, el grupo le seguirá y le respetará, y tendrá menos problemas de disciplina.

Destacad lo positivo: La consigna sería “Pílladles haciendo algo bien y hácedselo saber”

Poned normas que faciliten la vida del grupo. Durante las primeras sesiones hay que dedicar tiempo a dejar claro cómo vamos a hacer las cosas. Pocas normas, pero claras:

Una norma que debería quedar clara desde el principio es que todos somos compañeros, nos ayudamos y nos lo pasamos bien juntos. Nada de burlas. Todos van a ser rivales en algún momento.

Lenguaje y actitud positivos, normas fáciles de cumplir y nada de burlas

Mi rival, no es mi enemigo, es otro chico‐a que viene a pasarlo bien jugando conmigo. Mi rival me ofrece una resistencia; si la supero, le gano; pero si pierdo, eso no quiere decir que sea más tonto ni más feo ni nada negativo; quiere decir que tengo que mejorar y aprender más.

Debo tratar a mi rival con educación y del mismo modo en que me gustaría que me tratasen a mi. Cuando acabemos, debemos de ser más amigos que antes.

Que se acostumbren a darse la mano antes de empezar.

Gánaros al grupo.

Animad, generará un buen clima positivo.

Moveos por la clase. No os quedéis sentados en vuestra mesa ni clavados al tablero mural. Desplazaos por la clase, dadles explicaciones y haced preguntas desde cualquier lugar. Esto obliga al alumno a estar más atento y previene problemas.

Retad. Así se obliga al alumno a estar activo.“Esto sólo lo van a sacar los buenos”

Elogiad y destacad los progresos. El chico o la persona que ve reconocidos sus esfuerzos, siente que su esfuerzo ha valido y lucha por seguir recibiendo más reconocimiento. Si un chico avanza dos pasos mientras los demás avanzan siete, esos dos pasos también son un avance y deben ser reconocidos.

Que sientan que vosotros vais a ayudarles y que estáis en el mismo bando.

Introducid premios que todos puedan ganar. El aliciente de conseguir un premio (sobre todo si es algo atractivo para el chaval) es un estímulo que no debe desaprovecharse. Pero es importante que el premio no sea sólo para los mejores, todos deben de poder conseguirlo con su trabajo. El premio que uno gana con su esfuerzo SABE MEJOR.

Tratad de que todos se vayan con una ración de éxito.

Evitad criticar (sobre todo en público).

TRANSMITID ENTUSIASMO Y DEMOSTRAD QUE DISFRUTÁIS CON LO QUE HACÉIS.
1 Comment
  • Pingback:Ajedrez a la Escuela | Las piezas de Ajedrez
    Posted at 21:49h, 06 julio

    […] (obispo). Muchos niños confunden el alfil con los peones, etcétera. Si le dedicamos en las primeras sesiones unos minutos a estos simples juegos veréis cómo conseguimos que identifiquen enseguida tanto las […]

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